Por mucho que diga Carlos Boyero y muy bien que esté Gary Oldman (que lo está) opinamos que Mank es una película cuyo exceso de cinefilia hace que tienda al bostezo y, sinceramente, tampoco logra transmitir la fascinación que un personaje como Herman J. Mankiewicz debiera, presuntamente, provocar.
O sea, que sí, se puede ver y mejor si se elige la sobremesa y en medio introducimos una breve cabezadita.
Oiga, pero qué dice usted, esto es una obra maestra, la dirige David Fincher, el de Seven.