Este miércoles 26 de agosto cumplió 40 años el ínclito Macaulay Culkin, protagonista de Sólo en casa que luego tuvo unos años de mala vida y a partir de ahí se convirtió en el tópico del niño con mal crecer.

Habría que dejar de machacarle porque el hombre tiene su vida y sus proyectos y porque en un par de ocasiones se le fotografiase con un par de copitas de más tampoco es para crucificarle.

Sea como fuere.

Con motivo del cumpleaños de Macaulay Culkin se hicieron las correspondientes chanzas en Twitter.

Es Jim Carrey aficionado a la viñeta tremendista en la que sátira dispara con bala. Añádase que Jim Carrey aborrece a Donald Trump. No es el único en Hollywood. Pero sí, quizás, quien lo expresa de un modo más brutal.

Prueba de esa radicalidad de Carrey en sus juicios contra Trump es un última (o penúltima) ilustración difundida a través de redes sociales.

De una ferocidad enorme y en la que el actor acusa al presidente de Estados Unidos de la enorme mortandad provocada por la Covid 19 en su país.

Lo más común en Twitter es la pelea, los mensajes furibundos y un cierto clima de violencia. Pero, a veces, se hallan relatos estimulantes, historias que merece la pena conocer, recordatorios que hablar sosegadamente también resulta una posibilidad en este mundo en el que se conversa a voces.

Así que, como quien no quiere la cosa, encontramos un hilo muy revelador en el perfil del divulgador científico José Miguel Mulet.

Pulp Fiction ya ha llegado a la categoría de clásico. No hay listado de películas recomendadas que no la incluyan como una imprescindible para ver. Pero todo hubiera sido muy diferente si en 1994, cuando se estrenó el filme, se hubieran cumplido los deseos de Quentin Tarantino en cuanto a los miembros que iban a componer el elenco de actores y actrices. 

El género apocalíptico no es cosa de ahora. De hecho, ahora vivimos una especie de apocalpsis raro pero, aún así, seguimos anhelando ver cómo sería nuestro fin (véase el éxito de la serie El colapso). Películas sobre la conclusión definitiva del planeta ha habido en abundancia. He aquí siete títulos de interés. Y muy diferentes entre sí.

Hay cine de autor, mainstream con mal rollo y serie B de otra época.

Fue el director de moda allá por el año 2000 cuando ganó cuatro premios Goya con El Bola. En su filmografía como realizador también destaca Noviembre, película de culto preferida de cierta farándula roja e irredenta, bohemia de otros tiempos. Luego está el trabajo de Achero Mañas como actor en multitud de series, películas y obras de teatro.

Ramón Fernández (más conocido en la industria del cine español como Tito Fernández) es uno de los grandes artesanos del celuloide celtibérico y un fabricante de taquillazos absolutamente prodigioso: de No desearás el vecino del quinto a Cuéntame pasando por Sor Ye-yé, Cateto a babor, Las aventuras de Enrique y Ana o Los ladrones van a la oficina. Todos esos títulos son cosa suya.

Ahora que el modelo económico basado en el turismo de masas ha entrado en crisis como modelo debido a la infausta pandemia resulta conveniente recordar cómo dicho fenómeno fue glorificado por el franquismo. Allí empezó todo. Evidentemente, el contexto era muy distinto al actual y la población no percibía como molesta la llegada de extranjeros pero ahí ha quedado la propaganda que se coló en muchísimos títulos de los que rescata, a veces, Cine de barrio en TVE.

El éxito en taquilla de Padre no hay más que uno 2, la última película de Santiago Segura, ha movido a la derecha tuitera a la celebración y exaltación del director y actor que fuera Torrente pero añadiendo todo tipo de ataques a la farándula roja, subvencionada y obsesionada con la Guerra Civil que son el resto de gente del cine español.

Mucho antes de Tesis, REC y Verónica hubo otro cine de terror español que resultaba enormemente rentable en taquilla y atraía a estrellas de Hollywood a rodajes mesetarios que lo mismo se hacían en Chinchón que en los merenderos del río Alberche o la sierra de Guadarrama.

Hablamos del cine de terror que en los 70 hicieron en España pioneros como Paul Naschy, Narciso Ibáñez Serrador, Jorge Grau, Amando de Ossorio, Carlos Aured...

Ah, qué tiempos aquellos.

Veamos.