Entre los proyectos que se barajan para engordar con aprovechamiento el catálogo de Netflix está una resurrección de Sam Spade, el detective que crear Dashiel Hammet en sus novelas (y encarnase Humprey Bogart en El halcón maltés) pero dándole una interesante vuelta de tuerca al personaje.
La idea es de Scott Frank, creador de Gambito de dama, y lo relató en la publicación The Playlist. Se trataría de ubicar a un Sam Spade crepuscular y sexagenario en la Francia de los años 60. ¿Qué tal suena? Desde luego tiene un punto de originalidad y, sobre todo, huye del eterno retorno tan hollywoodiense que supone exprimir viejos éxitos de la industria cinematográfica.
Se apunta a que Sam Spade podría ser interpretado por Clive Owen.
Lo cual sería, creemos aquí, una acertadísima elección.
Y, bueno, poco más.
A ver si prospera esta idea, que resulta de lo más atractiva.
El cine negro que tanto protagonizó Humprey Bogart parece haberse perdido y, sin embargo, sus códigos (convenientemente revisados) quizá podrían tener efectividad en estos tiempos.
La vida de Sam Spade después de Dashiel Hammet, esa existencia que nunca imaginó su autor, la madurez en Francia.
Aprovechamos para decirle a Scott Frank que Dashiel Hammet también se merecería una serie: fue detective de la Pinkerton, escritor pulp, comunista encarcelado por el senador McCarthy en la siniestra caza de brujas que asoló Hollywood en los años 30 de pretérito siglo XX....
Win Wenders, allá por 1982, filmó El hombre de Chinatown, extraño noir protagonizado por el escritor. Una obra tan fallida como interesante. Esas cosas que pasan, a veces, en el cine.
Y después de Sam Spade también estaría bien que Philip Marlowe volviese a la vida y, si nos preguntan, nos gusta mucho la interpretación que del detective de Chandler hizo un Robert Mitchum casi anciano pero todavía en pie.
Dicho queda.