El alegato de Ana Morgade a favor de la chavalada (con mapáchico final)

"Me gustaría romper una lanza a favor de la gente joven". 

Ana Morgade se ha convertido, de forma inesperada, en la voz de toda una generación de adolescentes a los que la sociedad, medios de comunicación y adultos están demonizando y cargando con gran parte de la culpa de la pandemia

De un tiempo a esta parte, los botellones son un comodín recurrente para acusar a los jóvenes de esparcir el coronavirus. Y ahí es donde Ana Morgade ha roto su lanza, con un alegato sensato, mesurado y coherente, justo lo que falta en España desde el mes de marzo. 

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"Leo y veo que se llevan unas petas tremendas porque, de tanto en tanto, aparece una fiesta ilegal, y la verdad es que si a mí con 20 años me castigaban un finde, lo vivía como el puto Apocalipsis. Así que no me quiero ni imaginar lo mal que lo estarán pasando". 

Ana Morgade, embarazada de su primer hijo, ha empatizado como poca gente con la chavalada y ha reconocido que "muchos y muchas se están esforzando muchísimo por hacerlo bien", y razón no le falta. El problema es que los que fallan, cantan demasiado, pero igual que pasa con quienes se van a segundas residencias o no se ponen mascarilla, por poner dos ejemplos rápidos. 

Y es que no todo el mundo se ha parado a "darle una vuelta a lo jodido que es, en esa edd, que te arrebaten cualquier posibilidad de socializar, ligar, evadirte, crecer al final".

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Obviamente, reconoce que "no se me ocurriría decir que montar una jarana de 200 personas está bien, solo pienso que tiene que ser una mierda como una casa que esto te pille en una edad en que nadie empatiza con que aún eres un crío y nadie te persona que aún no seas un adulto". 

Así, Ana Morgade acaba mandando "un poco de ánimo, de parte de una vieja que ya tuvo la suerte de poder salir, beber, besar, ligar, abrazar y bailar todo lo que quiso. Ánimo y enhorabuena a los que lo estáis haciendo guay, creo que merecéis que os lo digamos". 

Va a ser una madraza. Además, confiamos en que las nuevas generaciones abracen expresiones como "petas", "pipiola" o "jarana" y recuperen el rico léxico de los 90. 

Fotos: Instagram