“Púrpura, blanco y verde. Tres colores representan a la National Women’s Social and Political Union, una liga de mujeres extraordinarias que lucharon por conquistar derechos humanos que en el contexto rígido y clasista de la Inglaterra eduardiana brillaban por su ausencia". Con estas palabras se presenta el cómic Sally Heathcote, Sufragista, un maravilloso relato creado por Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot, que consiguió inspirar el film británico Sufragistas, estrenado en 2015 y protagonizado por Helena Bonham Carter, Carey Mulligan y (una breve, pero perfecta) Meryl Streep.
Tanto si os gustó la película, como si no, Sally Heathcote, Sufragista no debería faltar en vuestra biblioteca. Y es que en pleno auge de la Cuarta Ola del feminismo no está de más recordar los orígenes del movimiento y ensalzar la labor de aquellas mujeres que, con sus sacrificios, consiguieron abrirle las puertas al resto en una época en la que todos los derechos parecían estar reservados para los hombres.
A lo largo de esta novela gráfica, su protagonista, Sally Heathcote, y el resto de sus carismáticas compañeras muestran una original visión de la lucha por el voto femenino. Más allá de datos históricos y fechas clave (que, por supuesto, también tienen cabida entre sus páginas), Sufragista logra mostrar la otra cara del movimiento histórico: las vivencias de sus personajes, el rechazo de la sociedad y sus incansables intentos por conseguir algo que parecía entonces inalcanzable, construyen una historia de rebeldía y de odio, pero también de amor.
De amor hacia la causa y hacia su propio género, odiado de forma intrínsica en una sociedad que a principios del siglo XX todavía parecía no estar preparada para asumir ciertos cambios sociales y de rebeldía.
Porque esta es la historia (real) de un pequeño grupo de mujeres que, cansadas de pasar demasiados años esperando alguna acción por parte del Gobierno británico, acabaron convertidas en guerreras.
A través de sus páginas vemos la evolución de Sally, una joven empleada doméstica que, a base de presenciar injusticias, acaba tomando conciencia de la opresión en la que vive no sólo ella, sino todas.
Manifestaciones, insultos, arrestos y conflictos se suceden en esta obra para mostrar la lucha que en su día vivieron miles de mujeres en Inglaterra (y en todo el mundo).
Mujeres y activistas a las que el gobierno ni siquiera consideraba presas políticas y que terminaron siendo alimentadas a la fuerza mediante métodos que bien podían ser considerados de tortura, pero que en lugar de amilanarse y cesar en su empeño, levantaron la cabeza y mostraron orgullosas las insignias que las clasificaban como expresas.
Desde la división del movimiento sufragista entre pacifistas o "constitucionalistas" y otras facciones más violentas, hasta altercados como el Viernes Negro de 1910 que quedaron para siempre grabados en la memoria del país, muchos años y muchos momentos de sufrimiento tuvieron que pasar para que Sally vislumbrase por fin la proclamación del sufragio femenino en Inglaterra.
Y, si bien Sally Heathcote no es más que un personaje ficticio, muchos años tuvieron que pasar también en la vida real de miles de mujeres para que lograran gozar de los mismos derechos de voto que el género másculino: en Reino Unido, las mujeres lograron el sufragio femenino en 1928. En España, en 1931.
CARMEN CARVAJAL
Fotos: Novela Gráfica Sally Heathcote, Sufragista