Ni guapa, ni diva. Janis Joplin fue una estrella del rock. La primera mujer que lo consiguió.
Hoy, 19 de enero de 2018, se cumplen setenta y cinco años de su nacimiento. La artista falleció a los veintisiete años a causa de una sobredosis de heroína de extrema pureza. Su voz desgarrada, por fortuna, no. Una gran fiesta para la que dejó dinero e indicaciones en su testamento celebró su fallecimiento en la California de 1970 entre amigos, brownies de hachís y bebidas en su honor. Bye bye, baby.
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Símbolo de la música subversiva de los sesenta, icono feminista y pionera en su manera de cantar blues y rock 'n' roll, Pearl (así la apodaban sus amigos) formó parte de la escena contracultural de la época en San Francisco. Sí; de esa escena. Psicodelia sonora, pacifismo vital, experimentación artística: muchos son los conceptos asociados a sus dos nombres. Con un estilo del todo propio tanto en lo musical como en lo estético, Janis Joplin marcó tendencia por no querer hacerlo.
Tocó en Woodstock 69. Vivió el amor libre. Dijo no a la guerra. Destrozó cánones de belleza porque nunca los necesitó para triunfar, luchó contra ideas capitalistas porque siempre hizo en lo que creyó y se subió a los escenarios para ponerse a la altura de Bob Dylan o Jimi Hendrix, empoderando al género femenino con su fuerza.
Se suele decir que las adicciones y los líos amorosos marcaron la existencia de Janis Joplin. Para hablar de ella, algunos inciden en estos aspectos de su biografía; nimiedades al lado de su talento. Nimiedades al lado de su libertad. Mejor explicarla escuchando sus canciones. Nosotros nos ponemos a ello y, para (no) despedirla, concluimos este texto con una de sus frases: "Es difícil ser libre, pero cuando funciona... vale la pena."
Texto: Mila García
Fotos: Cordon Press