Jane Austen nació el 16 de diciembre de 1775 en Winchester, Inglaterra. Desarrolló su obra en la época georgiana; en una época en la que, por lo general, las mujeres escribían bajo un pseudónimo masculino. Ella, no. Ella siempre fue ella con nombre y apellido, desafiando así a todo y a todos. Y aun a riesgo de que, al firmar sus libros como Jane Austen, éstas no tuviesen la misma repercusión que inventándose a un hombre.
Se la considera una precursora de la escritura moderna y de las letras británicas. Publicó un total de seis novelas: Sentido y sensibilidad (1811), Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814), Emma (1815), La abadía de Northanger (1818) y una obra póstuma, Persuasión (1818), en ese mismo año, el de su muerte. También un sinfín de ensayos sobre diferentes temas y varias obras cortas.
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En su forma de escribir hay muchas revoluciones. La feminista, la intelectual, la humorística, la social y la literaria, por ejemplo. Porque las ideas de Jane Austen eran las de una persona adelantada a su tiempo; las de una persona que nunca se conformó con lo que contaron sino que quiso ir un paso más allá y, después de darle una vuelta (o dos) a las cosas, contarlas ella misma desde su propio punto de vista. Sus ideas, en sí mismas, fueron un cambio.
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Sus palabras, ya las tenemos. Y permanecerán siempre. Hemos creado una galería en que les ponemos flores para, al unir lo eterno a lo efímero, desatar su capacidad de enseñar, de emocionar o de explicar; en pleno 2018, aquí y ahora: haz click en la foto principal de este artículo para inspirarte.
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MILA GARCÍA NOGALES
Fotos: Pixabay y Gtres