Sin llegar a rozar lo memorable, podemos decir que la segunda gala de Pasaporte a la Isla, ha sido bastante más entretenida que la anterior, eso sí, con el mismo caos organizativo. Un jaleo de ahora dónde vamos, quién gana la prueba o cómo hacemos esto que no ayuda mucho con el ritmo del programa pero le da un punto kitsch que impide al espectador despegarse del asiento. 

No son pocos los que han definido Pasaporte a la Isla, el nuevo programa de Telecinco, como un reality low cost veraniego. Y, las cosas como son, parte de razón no les falta. Y es que, si lo comparamos con otros realities de famosos, como el recientemente terminado Supervivientes, las diferencias en el caché de los participantes son abismales.