Retrospectiva de los premios Goya o el delicado paso del tiempo
Retrospectiva de los premios Goya o el delicado paso del tiempo
La primera gala de los premios Goya se celebró allá por 1986 y el galardón era una estatuilla cabezona de cuyas profundidades emergía una cámara de cine mediante un ingenio mecánico desopilante. En serio. Con si el Oscar se abriese para que surgiera un hermano Lumiere. O algo así.

Pesaban aquellos Goya de las primeras galas tal barbaridad que hubo alguna actriz o actor veterano que a punto estuvo de caer de espaldas al recibirlo.
Luego se aligeró la estatuilla correspondiente y se consolidó esta fiesta del cine español que hubo quien se tomó a chufla igual que el AVE a Sevilla o Canal + ("eso no va a funcionar nunca, te lo digo yo").
El caso es que la historia de los Goya, de 1986 hasta ahora, es la historia de España en sus márgenes, del NO A LA GUERRA contra la invasión de Irak en 2003 al tedio reciente con la farándula pasándose al apoliticismo pasando por la imagen de arriba (pinchen en la GALERÍA para verla mejor) con Elsa Pataky en plan diva del Hollywood clásico junto a un novio de 2005 que se llamaba Michael Youn. O, por ejemplo, Paz Vega antes de ser la Paz Vega superinternacional que vive en Miami con Orson y su prole y que acababa de ser galardonada por su trabajo en Lucía y el sexo. Mejor Actriz Revelación 2002.
Si nos remontamos más atrás podemos contemplar a dos jovencísimos Antonio Banderas e Imanol Arias en 1987 saliendo a echar un pitilito durante la gala de los Goya y siendo cazados por el fotógrafo de turno. El tiempo es implacable pero, ojo, a ambos les vemos mejor a día de hoy que en esta imagen. ¿O no?
Y si seguimos repasando el álbum de fotos, ahí están Neus Asensi y María Esteve en unos Goya pretéritos a los que fueron en amor y compañía.
Qué bien lo hemos pasado viendo los Goya y comentando estilismos. Como cuando en la gala de 1997 apareció Fele Martínez en el panorama mediante el exitazo de Tesis (by Alejandro Amenábar) y tenía un pelo de Gustavo Adolfo Becquer pasado por Rupert que resultaba sorprendente.
El bueno de Jordi Mollá se quedó con la nominación por La Celestina pero lucía francamente mejor en aquel ya lejano 1997.
Tantas cosas.
Ver a Penélope Cruz siempre de la mano de Goya Toledo (Best Friends Forever) antes de que Javier Bardem regresara para enamorarla otra vez.
O la presencia de mitos como Sara Montiel. El último cuplé.
El tiempo pasa y pasan las galas de los Goya y unas son mejores y otras son peores (la de 2018 fue terriblemente mala) pero siempre estamos ahí, mirando la televisión, atentos a Zeleb, discutiendo sobre cine, looks, carisma desplegado, política, presencia o ausiencia de ministras o ministros, los Reyes que ya nunca van, Pedro Sánchez que este año ya es presidente y tampoco. En fin, muchísimas cosas. Echa un vistazo a la GALERÍA y descubre pequeños grandes instantes de los Goya que fueron a la espera de los que serán.
ADEMÁS: Los mejores vestidos de la historia de los Goya
Fotos: Gtres