Moda y conciencia medioambiental: ¿el cambio es auténtico?
Moda y conciencia medioambiental: ¿el cambio es auténtico?
La conciencia medioambiental no es una tendencia, es una forma de entender la vida. Y, como todas las formas de entender la vida, se basa (o debería basarse) en unos valores, llevados a la práctica de manera libre y personal: así piensas, así existes.

Cuando firmas que nunca antes se habían preocupado ni por la huella que dejan en el planeta ni por los animales aluden a temas como el reciclaje, el veganismo o la producción ecológica, resulta inevitable preguntarse si lo hacen porque realmente se han concienciado y creen en ello o si, por el contrario, se apropian de una filosofía que no les pertenece y que (tanto para bien como para mal) está de moda, con el objetivo de vender más.
¿Un ejemplo? El último desfile de Balenciaga. Demna Gvasalia ha incluido en su propuesta Otoño-Invierno 2019/20 tote bags con el logo de la marca acompañado de un símbolo verde parecido al que suele utilizarse en los productos bio. También hay minibolsos que sirven para llevarte tu propia botella reutilizable a todas partes. Tote bags y minibolsos... de piel.
Tal vez, la primera reacción sea quedarse en la superficie, en el discurso; confiar en la buena voluntad de la firma guiándose por lo que dice y no por lo que hace. Porque dice sí a los productos ecológicos y a las botellas reutilizables. Y eso mola. Pero (y aquí viene la contradicción), al mismo tiempo, también hace bolsos de piel. ¿Eso mola?
Realidad: lo uno ayuda a cuidar el medio ambiente; lo otro, a destruirlo. Empezando por los seres que lo habitan.
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Sostenibilidad real: el caso Stella McCartney
En un lugar que no deja lugar a dudas se sitúan las firmas que, como Stella McCartney, forman parte de un sistema sostenible desde el principio del proceso, hasta la imagen final.
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En la última edición de la Semana de la Moda de París, la diseñadora, activista vegana, ha llenado los rostros de sus modelos de proclamas (como el de la foto de portada, donde en las siglas S.O.S. la O es un globo terráqueo).
De igual modo, su perfil de Instagram muestra día tras día un compromiso real con la lucha, que abarca desde la causa cruelty free hasta, en términos más amplios, el problema del cambio climático.
La evolución
Victoria Beckham, que nunca ha utilizado pelo animal en sus colecciones pero sí pieles de cocodrilo, serpiente o lagarto, ha anunciado que sustituirá estos materiales por otros sintéticos a partir de este año, uniéndose al cambio del que Gucci, Armani, Michael Kors, Versace, Maison Margiela, Calvin Klein, Jean Paul Gaultier o Vivienne Westwood, entre otras muchas casas de lujo, ya forman parte.
La moda al igual que el mundo ha llegado a un punto extraño en el que distinguir entre postureo y verdad se complica. A lo mejor la clave para lograrlo (y, por tanto, consumirla de una manera libre y personal) esté en mirar más allá del nuevo hit que obnubila. O de las prácticas del pasado.
Porque ni todo lo que en 2019 parece sostenible lo es, ni todo lo que antes no lo era se va a quedar igual para siempre.
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MILA GARCÍA NOGALES
Fotos: Gtres e Instagram