Leticia Dolera narra los abusos sexuales que ha sufrido en su carrera
Leticia Dolera narra los abusos sexuales que ha sufrido en su carrera
Después del caso Harvey Weinstein, el productor de cine de Hollywood al que una larga lista de mujeres acusa de abusos sexuales, son muchas las actrices que han querido hablar para denunciar esta situación.

Ahora quien se atreve es Leticia Dolera, que no sólo lo condena, sino que se atreve a contar su propia experiencia y a denunciar la complicidad silenciosa de muchos de sus compañeros de trabajo.
ADEMÁS: El fin de Harvey Weinstein: una turbia historia de abusos sexuales en Hollywood
Dolera ha explicado en una carta publicada en El Diario varios sucesos en los que ella fue la protagonista. Y el primero de ellos nos traslada al final de rodaje de uno de los primeros trabajos de Leticia como actriz. Tenía 18 años y estaba en un bar celebrándolo con el director, el subdirector y otros dos compañeros más. Todos hombres menos ella. Y de repente Leticia siente cómo alguien le toca una teta.
“¿Qué haces?”, le dijo al director. “Te toco la teta”, contestó él. “No puedes hacer eso”, fue la respuesta de Leticia.
Cuenta cómo el episodio volvió a repetirse y ella salió del local indignada ante el silencio de los otros hombres, que habían presenciado lo sucedido.
“Salgo de ese lugar lleno de cobardes y me voy andando a casa. Por el camino lloro de asco y vergüenza. En casa, se lo cuento todo a mi madre. Me dice que vamos a poner una denuncia, le digo que no quiero. Ella insiste, yo también. No quiero ponerla, siento que no es tan grave. ¿Una denuncia por que te toquen una teta?, pienso en ese momento. Pues Leti, me digo ahora, sí”. La actriz reconoce a tiempo pasado que tenía que haber denunciado ya que lo que ocurrió entonces fue una agresión sexual.
ADEMÁS: ¿Han encubierto estos actores los abusos del productor Harvey Weinstein?
Leticia narra además otro episodio, 10 años después, en un rodaje en Francia, cuando uno de los actores le tocó injustificadamente el culo. En aquella ocasión tampoco hizo nada, pues su poco dominio del francés y la rabia del momento le impidieron desarrollar un discurso en su cabeza, y únicamente se conformó con que nadie hubiera visto aquella bochornosa escena. Sólo lo vio el chico de sonido, que la miró con cara de pena, fingiendo acto seguido que no había pasado nada. “Me pareció bien, eso sería lo más cómodo para los dos”.
Pero ahora se da cuenta de que no es cómodo que una gran parte de la sociedad mire hacia otro lado y "nos trate como un trozo de carne”. Como tampoco lo es que a las mujeres que se atreven a denunciar este tipo de sucesos, enseguida se las tache de "exageradas o mentirosas", reconoce Leticia.
Finalmente acaba su carta pidiendo a la sociedad quitar el disfraz de normalidad de todos aquellos gestos que a diario cosifican a la mujer, situándola en una posición de total inferioridad.
Un gesto valiente sin duda.
ADEMÁS: Terry Richardson comienza a caer: ¿estamos ante otra historia de abusos?
Fotos: Cordon Press e Instagram