Karina, Marisol y otras chicas yeyé que merece la pena recordar
Karina, Marisol y otras chicas yeyé que merece la pena recordar
Y entonces, llegaron ellas. Con su música melódica, sus ideas revolucionarias y su libertad estética. Con el pelo alborotado y las medias de color; tal y como lo cantaba Conchita Velasco allá por el año 1965, coincidiendo con el nacimiento de la minifalda en el Londres de Mary Quant, los Beatles y Twiggy.

Precisamente, el término yeyé surge de una canción del cuarteto de Liverpool titulada She loves you, cuyo primera estrofa, she loves you, yeah, yeah, yeah, terminó por simplificar su sonido para definir a todas aquellas chicas que, en la década de los sesenta, cantaban al amor en Europa empezando por sus cuerdas vocales y terminando por el largo mínimo de sus vestidos.
Todo empezó en Francia; con el programa de radio Salut les copains y su sección de nuevos talentos. Allí florecieron nombres como France Gall o Françoise Hardy. En Estados Unidos, el movimiento yeyé estuvo representado por las llamadas girl bands con The Ronettes como máximas exponentes de su magia. Y, de ahí, a España.
Ser española y yeyé
En nuestro país, las cosas fueron algo diferentes. Con el Franquismo todavía vigente y la censura como barrera artística, las chicas yeyé lo tuvieron más difícil. Por eso mismo, y aunque empezaron su carrera en los sesenta, no fue hasta la década posterior y después de 1975 cuando realmente pudieron expresarse sin miedo. En paralelo, el fenómeno del destape en el cine. Y, también en la misma época, esa rara fusión entre folclore y modernidad de la que Rocío Jurado o Perlilta de Huelva hicieron todo un estilo de vida.
Pero, ¿quiénes se convirtieron en las verdaderas chicas yeyé españolas?
Eurovisión: la oportunidad que todas habían estado esperando
En 1968, el La, la la de Massiel encandiló al mundo desde el escenario del Festival de Eurovisión, quedando en el primer puesto; una plataforma que le sirvió a ella y, más adelante, a otras artistas como Karina o Betty Missiego para cantarle a la mañana y, ya de paso, también al mañana: a ese futuro soñado donde en España las personas serían libres para compartir sus ideas, sueños y vidas las unas con las otras.
Massiel y Karina fueron dos de esas chicas yeyé españolas que rompieron esquemas anquilosados para prestarle su voz a una nueva generación llena de juventud y de ganas de cambio. Con ellas, la propia Conchita Velasco; y también otras bellezas como la inolvidable Marisol, que empezó su carrera como niña prodigio de la España más tradicional y terminó uniéndose al canto colectivo del movimiento yeyé, ya en los años 70.
Todas ellas tenían en común una imagen que, aunque de los sesenta a los setenta fue evolucionando y cambiando del estilo babydoll del Swinging London al look hippie del Flower Power, siempre mantuvo algunos elementos como ese pelo alborotado a base de laca y alegrías; esos colores vibrantes como el rojo, el verde, el blanco o el amarillo; esos tejidos plastificados y retrofuturistas; esas botas over the knee; esos pantalones de campana desgastados o, su mayor símbolo, esos minivestidos llenos de flores, encaje y belleza al más puro estilo Massiel en Eurovisión.
Fotos: Gtres