Los mejores looks de España en Eurovisión
Los mejores looks de España en Eurovisión
Para ganar Eurovisión no basta con tener una canción pegadiza. Después de 60 ediciones, no es un secreto que una buena puesta en escena es fundamental a la hora de conseguir una actuación merecedora de los 12 points. Y en el caso de ellas, el vestido juega un gran papel crucial.

En nuestro país, el mejor ejemplo son los flecos del jumpsuit de Salomé. Esos que todavía siguen contoneándose en la memoria colectiva al ritmo de su Vivo Cantando (1969).
Lo diseñó Pertegaz (sí, el mismo que firmó el traje de novia de la reina Letizia) y pesaba nada menos que 14 kilos. Una obra de arte en la que cada canutillo de porcelana iba cosido a mano.
Igual de icónico es el que lucía Massiel un año antes en Londres, cuando España se alzó con su primera victoria en este concurso musical. Un modelito de Courrèges, muy de la época, que ella misma compró en París unos días antes de cantar en el Royal Albert Hall de la capital británica.
Otros vestidos míticos de España en el festival
Dos años más tarde, en 1971, le llegó el turno a Karina. La Ariana Grande de la España de la época se decantó por un modelo de corte minimalista firmado por Antonio Nieto. Muy comentado fue el agujero que el vestido tenía en la parte inferior (y al que posteriormente se le conoció como gatera). Sea como fuere, Karina estaba radiante y su actuación le valió un merecido segundo puesto, sólo por detrás del Séverine de Mónaco.
La misma posición que consiguió en 1979 Betty Missiego (por la mala estrategia de España, que iba ganando todo el concurso hasta el momento en el que le tocó dar sus votos e hizo ganadora a la canción de Israel, la anfitriona de aquella edición). Betty, al más puro estilo princesa Leia de Star Wars, deslumbró, además de por su voz, por su ideal vestido. Según confesó ella misma tiempo después, se lo compró a un vendedor de túnicas que lo tenía reservado para Grace Kelly.
La túnica estaba formada por varias capas de gasa color celeste y bordados e incrustaciones en cristal y plata.
Otra obra de arte, que bien podría lucir cualquier estrella de Hollywood en la actualidad, es el vestido que en 1985 llevó Paloma San Basilio en Gotemburgo (Suecia). Un diseño blanco de gasa, paillettes y hombreras en tamaño maxi con el que la artista brilló sobre el escenario (no así en la tabla clasificatoria, donde su canción, La fiesta terminó, quedó relegada al 15º puesto).
Más recientemente hay que destacar el impecable look de Pastora Soler.
Después de una mala racha en la que España no pasaba de los últimos puestos, en 2012, en Bakú (Azerbaiyán), la sevillana volvía a meternos en el top ten a golpe de talento y un vestido de inspiración helénica y corte asimétrico con el que nos dejó sin palabras. Lo firmó Cañavate, su diseñador de confianza.
Ruth Lorenzo y la odisea de su vestido
Y qué decir de Ruth Lorenzo y la odisea de su vestido en 2014. La intérprete del Dancing in the rain llegó a Copenhague (Dinamarca) con una creación que había diseñado en exclusiva para ella Ana Martín, de Anmargo, y que a priori cumplía con sus expectativas.
El problema llegó cuando, tras los ensayos, el equipo español decidió que las tiras de acero inoxidable que llevaba en la parte frontal eran incompatibles con la iluminación.
A menos de dos días para la gran final, Ruth encontró el perfecto sustituto mientras paseaba por las calles de la capital danesa. Concretamente en el escaparate de la firma Karim Design. Se trataba de un vestido muy parecido al anterior, de corte sirena, plagado de paillettes, con aplicaciones de cristal y perlas bordadas en el escote.
En 2015 en Viena (Austria), José Fuentes firmaba los dos looks que lució sobre el escenario Edurne.
La cantante primero llevaba una capa roja de más 5 metros realizadas en punto de seda y paillette libanés y después, a mitad de la actuación, se deshacía de ella para mostrar un vestido color verde agua en paillettes de cristal, uno de los vestidos más caros de la historia del festival.
Y tres años después, Amaia brillaba en la última edición con un impresionante vestido de Teresa Helbig perteneciente a la colección Primavera - Verano 2017 de la firma catalana. Una pieza digna de Eurovisión, de manga larga, escote en V, falda con vuelo y plagado de transparencias y rombos (dorados y plateados) realizados en lamé.
En Eurovisión nada queda al azar. Y el vestuario es una parte muy importante del que está considerado como uno de los mayores espectáculos musicales del mundo.
DANIEL OLLER JORGE
Fotos: RTVE, Eurovisión y Gtres
Vídeos: Youtube