
Los crímenes de los museos de cera

Hola, buenos días.
Hoy trataremos el espinoso asunto de las estatuas de cera que se perpetran contra las celebrities.
¿Hay derecho a esto?
Hala, con esta cara de tolai se va a quedar para toda la vida Liam Payne de One Direction en el Museo Madame Tussauds de Londres. Es para pillar la escopeta y liarse a tiros. Te prometen una estatua de cera y te dan un ninot de esos que queman las fallas valencianas. ¿Y el cabezón que le han puesto a Harry Styles?
No hay manera. Y lo peor es que te hagan la figura de cera en Berlín. El parecido es igual de difuso que en cualquier lugar del planeta. O sea, que las estatuas de cera berlinesas son igual de horribles. Pero. En Berlín a la celebrity se le humilla de modo especial: colocándole vestimentas extrañas.
Por ejemplo. Robbie Williams, ex cantante de Take Thata reciclado en talentoso baladista pop con canciones en su haber tan enormes como Feel.
Globos, estilismo indescriptible, el payaso de Micolor al lado... ¿Por qué? ¿A qué viene tal grado de vejación?
Y lo que es peor. En Berlín piensan que mola poner a las celebrities trajecitos regionales. Pasen y vean.
¿Los han reconocido? Son Johnny Depp y Rihanna como de bávaros o así. Los alemanes son incorregibles.
Aunque atrocidades, admitámoslo, se cometen en todo el mundo. Y cosas raras. Por ejemplo, ¿en qué momento al artista en cera se le ocurre introducir un punto filogay al personaje que trata de inmortalizar?
Que no pasa nada pero Mathew McConaughey es bastante heterosexual. Y luego que esta efigie que se le hizo en Las Vegas es de su época de Sáhara y demás pelis de galán rutinario. Ahora es otra cosa: actor de la estirpe de Brando, Pacino y Robert de Niro antes de darse a la comedia imbécil.
Pero estábamos hablando de figuras de cera. Todas malas. Todas con ojicos como de conejo disecado. Y el pelo. Pelo muerto. Peinado para que la celebrity de turno quede fatal. Ejemplo en Madrid a continuación.
Pelo malo.
Todo un concepto.
Los crímenes de los museos de cera.
Dejad a las celebrities vivir en paz.
Fotos: Gtres