Su nombre era Harry Anderson y el telespectador español (y planetario) le conocerá por su papel de heterodoxo juez en la serie Night Court, que aquí se tituló Juzgado de guardia y fue exitosísima.
No sólo por Harry Anderson, eso está claro, sino también por un fabuloso elenco de cómicos televisivos de primer orden.
Buenos guiones, buenos personajes y enorme eficacia narrativa.