El arte discreto de Valentino Alta Costura Otoño-Invierno 2017/18
El arte discreto de Valentino Alta Costura Otoño-Invierno 2017/18
Con la discreción como arma, el último desfile de Alta Costura de Valentino se convirtió en una exquisita colección de looks de estética eclesiástica, pero siempre con el romanticismo que define a la firma como constante.

Porque sobriedad y sueño no tienen por qué estar reñidas; sobre todo si la mano de Pierpaolo Piccioli está detrás de su intento y, en este caso, también consecución de alianza.
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Túnicas que quieren ser vestidos y vestidos que quieren ser túnicas se alternan en las propuestas Haute Couture de la firma italiana en una rítmica lucha de poder. Como si ninguna de las dos prendas pretendiese ganar nada, en realidad. Solo disfrutar de la batalla. Absolutamente amistosa, por otra parte.
Colores como el rosa chicle, el verde musgo y el azul índigo se alternan con el blanco y el negro, pero también con el legendario rojo Valentino. Delicados bordados, sedas y encajes dan paso a tejidos sobrios y perfectamente definidos a través de construcciones tan sencillas en apariencia como complejas en su patronaje. El contraste es de tal magnitud que da la vuelta y, al final, ni se nota.
Guiños al arte arquitectónico propio de las catedrales y templos cristianos del periodo gótico hacen el resto.
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¿El resultado? Un desfile para tomar (buen) ejemplo de él. Y que demuestra que, cuando se trata de Alta Costura, ni la ostentación ni la evidencia lo son todo, porque a Valentino más le vale ser discreto y vivir en el intento que dejar morir su creatividad entre brillos innecesarios.
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Fotos: Cordon Press